viernes, 2 de junio de 2017

Mihai Adascalitei reseña Moon Scars (La tercera cara la Luna), de Ángel Luis Sucasas

Mi buen amigo Mihai Adascalitei, del fantástico blog Dark Wolf's Paraphernalia (anteriormente,Dark Wolf's Fantasy Reviews), nos hace ofrecido la posibilidad de traducir su reciente reseña de Moon Scars, la versión en inglés de La tercera cara de la Luna, de Ángel Luis Sucasas. ¡Espero que os guste!

Banda sonora de la reseña: Mihai sugiere leer esta reseña escuchando Fullmoon, de Sonata Arctica (Spotify, YouTube)

Hay incontables universos a mi disposición en la ficción especulativa y hay todo un mundo por descubrir a mi alrededor. Y al verlos juntarse, desearía poder explorar las obras especulativas de escritores de diferentes nacionalidades, para apreciar cómo sus raíces influyen en sus obras. Soy muy consciente de que aspectos como la traducción, el mercado y los costes son muy importantes en este proceso y hacen que mi deseo sea un poco difícil de conseguir. Pero no entraré en esa discusión aquí. En cualquier caso, las cosas están avanzando y hay editoriales como Nevsky que hacen posible leer en inglés a autores como el español Ángel Luis Sucasas y libros como su colección de relatos Moon Scars (traducción al inglés, a cargo de James Womack, de La tercera cara de la Luna).

“Un cuento de la Dama Blanca” (“A Tale of the White Lady”) – Durante una cacería ordinaria Ivetta, la más joven de tres hombres-lobo, quiere adoptar en el grupo al pequeño bebé que se encontraba entre los humanos a los que cazaban. Y cuando finalmente Mikhail, el líder del grupo, acepta y transforma a la pequeña Kolya, su vida en común cambia dramáticamente. La historia se cuenta desde dentro del grupo de hombres-lobo y se acerca a ellos no como los tradicionales monstruos, aunque ese aspecto no se olvida del todo, sino como una familia; tanto como un todo, como individualmente a través de cada miembro, con su personalidad, sueños, deseos e imperfecciones. El cuadro se completa al conectar a este grupo con una comunidad entera de hombres-lobo, distribuida por todo el mundo, un enlace que añade elementos de religión, folklore, tradiciones, reglas y política, sin perder de vista el mundo de los humanos. Y es de nuevo en la relación directa con nuestro mundo donde todo da la vuelta, con unos humanos más similares a monstruos que el pacífico, hasta cierto punto, pequeño grupo de hombres-lobo. Se trata de una historia de amor, traición y venganza, sin personajes claramente buenos o malos, sino con protagonistas enérgicos y dirigidos por fuertes emociones que se enfrentan a sus propias tragedias personales. 

“La ofrenda” (“The Offering”) – Un fabricante de juguetes cuya vida ha sido golpeada por una tragedia reciente se presenta ante Ismina, la diosa de la justicia, en búsqueda de respuestas y se ofrece a la voluntad de los dioses. “La ofrenda” es una historia de fantasía y tiene algunas de las características tradicionales de la alta fantasía y el grimdark, pero el autor las potencia con suficientes ingredientes de su propia cosecha como para presentarla de forma original. El resultado final es un impresionante y sobresaliente world-building, especialmente teniendo en cuenta que se desarrolla en los restringidos confines que ofrece la longitud de un relato corto. La ambientación y la trama me han dejado deseando más historias de este mismo mundo, sobre todo porque Ángel Luis Sucasas pone el nivel muy alto desde el comienzo del cuento y rara vez lo baja. 
 “Es el día de los locos. Y la ciudad de Taris lo celebra en cada avenida, parque, plaza y callejón. Los padres lloran y gimen mientras sus hijos los arrastran por correas, como a perros, dándoles duras órdenes y pateándoles las costillas con puntiagudas botas de acero. El señor de la ciudad, Indras, viste harapos de bufón y entretiene a Gulhag, rey de los mendigos, y a su corte de tullidos y retrasados. Las mujeres visten de hombres y los hombres, de mujeres. Una elfa de seis años es la más puta en las orgías del palacio y nobles y cortesanos ofrecen las virtudes intactas de sus hijas a los miembros más hinchados y rijosos de los trasgos.” 

“El día que dije no a un imperio o Verdades de una botella” (“The Day I Refused an Empire”) – Hombre jubilados, que no quieren afrontar un proceso de rejuvenecimiento, buscan entre la basura que llega a la orilla de su lugar de residencia materiales con los que construir sus cachivaches. Cuando el protagonista de la historia descubre a una mujer de piel plateada en la orilla, termina presenciando horrores y maravillas a partes iguales. La Humanidad no es reflejada de forma muy positiva en este relato; desde los ancianos varados en el borde de la existencia a todo lo sacrificado en nombre del avance tecnológico, hay poco de lo que estar orgulloso en la sociedad futura descrita en esta historia.  

“El mundo de volcanes y relámpagos. La sopa primigenia. Células dividiéndose. El primer ser que abandona el agua. Junglas exuberantes y titanes de escamas y sangre caliente. El hombre, sabiendo por primera vez quién es. La historia, guerras y ruina y esperanza y gloria. La conquista de las estrellas. El universo. Y en paralelo, aquellos que habíamos olvidado o exterminado. Ogros, trasgos, elfos y hadas; náyades, ninfas, krakens y sirenas. Arrastrados de sus hogares. Convertidos en artículo de goce, diversión o sacrificio por el hombre, la más cruel de las bestias.” 
Un cruce entre ci-fi, fantasía y ficción lovecraftiana “El día que dije no a un imperio” es también una historia que invita a reflexionar sobre las decisiones que tomamos y la relación de la Humanidad con el mundo y el universo que nos rodea. 

“La despedida” (“Farewell”) – En su decimosexto cumpleaños, Manika debe dejar Prometida para siempre. Tristán, su hermano pequeño, tiene problemas para aceptar la situación aunque es una de las reglas inquebrantables establecidas por el Arquitecto para los habitantes de esta tierra. Hay un nuevo orden en “La despedida”, se establecen nuevas reglas, el mundo cambia de aspecto y la niñez y la vida adulta se invierten, haciendo que el abismo que las separara se haga más grande y más profundo. Y todo se debe a la visión del Arquitecto; nunca se dice claramente quién es, pero su identidad no es importante para la trama. Lo que Arquitecto no ha conseguido cambiar son las emociones; la felicidad, la tristeza, la nostalgia y la angustia permanecen prácticamente inalteradas.  

Ángel Luis Sucasas construye mundos con increíble facilidad. Sólo se incluyen cuatro relatos en Moon Scars”, pero hay una abundancia de imaginación que se extiende mucho más allá de su delgada apariencia. Personajes y trama no son sacrificados en el altar de la creatividad, sino que los cuentos rebosan de emociones y conflictos, y el desarrollo de las historias y los sentimientos de los protagonistas son tan importantes como las ambientaciones. Moon Scars es uno de esos libros que me ha hecho volver a enamorarme de la ficción especulativa. 

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