jueves, 19 de marzo de 2015

Dulces dieciséis y otros relatos, de Eduardo Vaquerizo

Banda sonora de la reseña: Sugiero leer esta reseña escuchando Sweet Sixteen, en la versión de B.B. King (Spotify, YouTube).

La colección Cyberdark, recientemente creada por Luis G. Prado, parece haber sido concebida para satisfacer uno de mis deseos más recientes. Hace unos pocos meses, leyendo la antología Los Premios Ignotus 1991-2000 y, sobre todo, Historia y antología de la ciencia ficción española, me daba cuenta de mis enormes carencias en cuanto a conocimiento de los relatos de ciencia ficción de autores españoles. El problema es que intentar solucionar estas carencias implica intentar conseguir muchos libros, revistas y fanzines que hoy en día son casi inencontrables. 

Pocos días después de terminar de leer esos libros y de que se despertara en mí el deseo de leer más ficción breve escrita en español, se anunció el primer título de la colección Cyberdark: este Dulces dieciséis y otros relatos, al que hoy quiero dedicar algunas líneas. El libro recoge once relatos publicados por Eduardo Vaquerizo entre los años 1997 y 2003, muchos de ellos finalistas o ganadores de premios como el Ignotus, el Pablo Rido, o el Domingo Santos, y que se editan por primera vez de forma conjunta. Además, los cuentos se complementan con interesantes notas del autor en las que relata su proceso de creación y publicación.

Los relatos destacan tanto por su calidad como por su variedad. Desde la ciencia ficción ambientada en Marte ("Dulces dieciséis") a la distopía ("Quercarrán"); del relato vampírico ("Seda y plata") al gótico ("No bebía otra cosa que agua"); de la ucronía ("Águilas negras") a la ciencia ficción dura ("Los caminos del sueño"). Una buena muestra de la versatilidad de Vaquerizo, que cambia no sólo de tema sino de registro (y hasta de voz) en casi cada relato.

Aunque hay algunos relatos que no me han convencido completamente ("El obrador", por ejemplo), la mayoría de ellos son, cuando menos, notables. Me han gustado mucho, por supuesto, aquellos que se acercan más a mis temáticas preferidas: la distopía cargada de mala leche de "Quercarrán";"Los caminos del sueño", con ese claro homenaje a la obra de Juan Miguel Aguilera; o "Habítame y que el tiempo me hiele", puesto que la ciencia ficción "religiosa" siempre me ha interesado especialmente. Pero, sorprendentemente, también he disfrutado un montón con cuentos que se alejan mucho de mis géneros favoritos. Por ejemplo, los coqueteos con el terror y el folklore de "No bebía otra cosa que agua" y el enfoque poco habitual de "Seda y plata" sobre el tema de los vampiros, me han parecido de lo más destacable de la antología. 

La edición, aunque tiene algunos fallos de corrección (especialmente en lo que se refiere a los acentos), está bastante cuidada y el diseño de la colección es atractivo. Por todo esto y por los motivos que apuntaba arriba, esta serie de libros me parecerían totalmente imprescindibles en mi biblioteca... si no fuera por un pequeño detalle. Por el momento Dulces dieciséis y otros relatos sólo está disponible en edición impresa y, parece ser, no se espera que se edite en formato electrónico. Personalmente, y aunque este tipo de recopilaciones me interesan sobremanera, creo que esto supondrá que tenga que prescindir completamente de estos títulos. Por desgracia, voy teniendo ya unos años y la lectura en papel castiga de tal manera mi cuello y mi espalda que me es imposible leer un libro impreso durante más de quince minutos sin tener serias molestias y hasta dolores que me pueden durar varias horas. Precisamente por ello tardé varios meses en terminar este libro. Muchas veces no era capaz ni siquiera de terminar un cuento de un tirón y eso me hacía posponer la lectura durante días en favor de libros que tenía en mi Kindle y que podía leer de forma mucho más confortable. 

En cualquier caso, si vuestra anatomía no es tan delicada como la mía, recomiendo que leáis Dulces dieciséis y otros relatos. Aunque el continente no es mi preferido, el contenido bien merece la pena. Y si Luis G. Prado se decide finalmente a editar esta colección Cyberdark en versión electrónica, tened por seguro que me tendrá como un fiel seguidor de la misma. La iniciativa, sin duda, es tan interesante como necesaria. 

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